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lunes, 21 de julio de 2008

Semilla océanica

Abriendo las puertas del lejano horizonte,
navegabas naufragada y feliz,
sin más deseos
que los del alma liberada,
sin más oportunidades
que las de la sonrisa serena,
buscabas mi aliento
entre la bruma matutina,
buscabas el roce
con los vientos tempestuosos
de mi ocaso huracanado,
y en los remolinos
de las hondonadas
de tu misteriosa geografía,
se hundieron mis navíos
cargados con tesoros
de marfil y de ámbar clandestinos,
allí,
en las profundidades
de tus oceánicos caprichos,
se sembraron como surcos
de futuras plantaciones,
en los recovecos infinitos
de la gloria que te ensalza,
allí
se diseminaron mis alientos…


Dará fruto mi caricia en tu oleaje,
dará fruto mi deseo en tu piélago,
los litorales de tus caderas se han abierto
a mis agigantadas ansias tantas veces,
que me resulta imposible
imaginar siquiera
la esterilidad de nuestro encuentro.
Fértil ha de ser
el ecuóreo paisaje que me donas,
y es en tu fertilidad
que yo he puesto la esencia
de mi mejor semilla,
una semilla de apasionado
e incondicional...amor.

Yo frente al plagio

Personalmente,
el dinero nunca me interesó,
más allá de lo necesario
para vivir holgadamente,
la fama si,
esa en cambio si me interesa,
y no es por vanidad.
Lo que sucede es que quiero
necesito regar
y desperdigar
mis mensajes al mundo,
y mientras más gente me conoce,
más gente me lee.
Por eso me alegra
ver mis poemas publicados
en tantas páginas Web,
siempre que sea
bajo mi nombre o mi nickname o mi alias, o pseudónimo,
y no me molesta
en lo absoluto
que no me hayan solicitado permiso para hacerlo;
siempre que esté mi nombre
en la autoría del tema,
porque me promocionan gratuitamente,
y es que una mano lava la otra
y las dos lavan la cara...
Muy mal servicio presta el plagiario a los lectores,
porque desvía su atención del mensajero,
haciéndoles perderse del resto de los mensajes;
y lo importante no es el mensajero sino su mensaje.
El plagiario podrá robarme uno,
dos,
tres poemas,
pero no puede quitarme la musa,
jamás me quitará la inspiración
y ¿qué le dirá a sus lectores cuando se le hayan acabado mis trabajos?,
¿que se quedó sin inspiración?,
jah;
ni que el lector hubiese nacido por debajo de las axilas de su madre...
Mis poemas pueden publicarlos quienes quieran,
donde quieran;
sin ni siquiera preguntarme,
pero con mi nombre o mi nick, o ambos;
ninguna necesidad hay de hackearme el computador
ni de plagiar mi esfuerzo y mi trabajo...
tonisan = Felipe Antonio Santorelli