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miércoles, 28 de mayo de 2008

Soy desastre

Cadenas escarlata se entrelazan
en un vacuo sentir correspondido
por el parafraseo inmediato y decidido
de un vuelo de ave adormecida.

No llames a mi puerta, está cerrada
por el tiempo y el espacio deleznables,
no busques mi ventana, está desierta:
bajo dunas de cemento está oxidada.

El silencio se tornó único aliado
de un soñar evidente y prodigioso,
dormitar ya no es dormir, es venenoso
hasta el aire en mis pulmones y tu asado.

No toques mi bandera, está ensuciada
por las sangres de aspavientos moribundos,
y mis riendas las dejaste en inframundos
que no quieren delatarme cual carnada.

No me hables de escaleras virginales,
ya no creo en los tesoros del vacío,
ya no siento los enojos del olvido
y el perdón se ha vuelto aire irrespirable.

Cadenas escarlata que descansan
en arco iris uniforme e incoloro,
ya no alcanza la dulzura del decoro
a frenar los rumores que me afianzan.

Soy de cieno, de cemento y de asfalto,
soy tiniebla, soy tormento, soy cobalto,
radioactivo, temeroso, destronado,
soy el hombre del futuro malogrado,

soy la voz del silencio funerario
y me fumo hasta las ganas de moldearte
en migajas de ese pan que nunca horneaste,
soy desastre; sí; lo admito...
y gritarles me permito:
también soy el desastre.

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