Una sonrisa amena
vale la pena...
una caricia sincera
una llamada devota
la musicalidad de una sola nota
y el sabor agreste de las peras.
La clandestinidad de tu incipiente desbocada,
la complicidad de tu seno en mi mirada
y una danza desenfrenada
en medio de la nada
valen la pena...
El recorrido audaz de mis manos en tu piel
y ese extraño sabor a miel
que reencuentro en tus palabras
de abracadabras
valen la pena...
La vida es más amena
si la comparto contigo
aunque solo seamos amigos...
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