Buscar este blog

domingo, 3 de noviembre de 2019

Sueños de cantimplora

Soñando que soñaba que estaba soñando
sueños de cantimplora;
en un derroche de oscuridad patética,
me encontré con un ser intangible,
irreconocible, inexplicable, infranqueable.

Era...
parecía un refrigerador con brazos de atleta
y manos de periodista
y pies de portero.
Semejaba a un artista con complejo de astronauta
y pedigrí callejero.

Parecía un arenoso desierto con manguera de bombero
y ruedas de camión
y bocina de camionero.
Semejaba a un oscuro callejón lleno de ratas, gusanos, pulgas,
polillas y agujeros.

Parecía un ecuóreo rey con corona de sardinas
y aliento de tiburón
y bostezo de ballena.
Semejaba a una inmensa muralla andante,
deambulante y agresiva.

A ratos,
solo a ratos, parecía un escritor poeta
con plumas de gaviota y cardenal
y palabras de alpiste.
Semejaba a un gigantesco pavo real
blasonando su abanico.

Desperté cuando exigiste que me mirara al espejo,
pues me enfrenté conmigo mismo...
Era yo ese ser irremediable
de mi sediento sueño
de cantimplora.

No hay comentarios: