Desde la risotada sarcástica
de un payaso malintencionado,
dimanan ácidos y solventes.
Un esparavel de hilos de oro
ha atrapado todas mis emociones.
¿Quién lo habrá abalanzado
sobre mi ánima fluida
y corriente?
Mi lengua es una suela sucia,
mi mano es una hojilla mellada,
mi aliento es de óxido nitroso,
mi respiro es de gas mostaza.
Y mi pierna
es un martillo neumático.
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