Pensamientos viajeros

Un aviador con cara de portero
y sueños de astronauta
se encuentra pensativo,
sentado en el borde de una plaza,
y sueña con galaxias de queso roquefort
y Vías Alcohólicas
mientras una melodía
desploma el arduo día
y por las rendijas del aire;
enrarecido e irrespirable,
se cuela un tímido rayito de agonía
buscándose un respiro, buscando fantasía.

En otro lado del planeta,
escucho a Lucio Dalla
cantarle al profundo mar
mientras el pensamiento desvaría
como balsa en medio de un remolino
en el Triángulo de las Bermudas.

A las Bermudas
fui en uno de mis sueños astrales
y las palmeras saludaban mi vuelo
y las gaviotas me mostraban las mejores nubes
donde aterrizar
y los peces saltaban juguetones retándome a atraparlos,
y dice Dalla que el que piensa es mudo como un pez
dice que más bien es un pez
y que lo protege el mar....
Dice que al pensamiento no se lo puede precintar
y que nos están matando al mar,
para decir todo eso;
debió viajar astralmente
por estos lados del orbe terrestre...

Termina la canción
y el pensamiento sigue revoloteando
sin mi consentimiento,
por tierras tropicales e isleñas...

Y yo quedo aquí
sin mis pensamientos
en medio de la nada.
Cuando regresen no podrán entrar,
porque cambiaré todas las cerraduras
a las puertas de mi cerebro...